Vivir para contarla / Gabriel García Márquez.
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TextLanguage: Spanish Publisher: Bogotá : Editorial Norma, 2002Description: 579 páginas ; 24 cmContent type: texto Media type: sin mediación Carrier type: volumenISBN: 9580470162; 7706894224555Subject(s): García Márquez, Gabriel, 1927-2014 | Novela colombiana | Literatura colombianaDDC classification: Co863.44 Scope and content: Mi madre me pidió que la acompañara a vender la casa. Había llegado a Barranquilla esa mañana desde el pueblo distante donde vivía la familia y no tenía la menor idea de cómo encontrarme. Preguntando por aquí y por allá entre los conocidos, le indicaron que me buscara en la librería Mundo o en los cafés vecinos, donde iba dos veces al día a conversar con mis amigos escritores. El que se lo dijo le advirtió: «Vaya con cuidado porque son locos de remate». Llego a las doce en punto. Se abrió paso con su andar ligero por entre las mesas de libros en exhibición, se me plantó enfrente, mirándome a los ojos con la sonrisa picara de sus días mejores, y antes que yo pudiera reaccionar, me dijo: -Soy tu madre.
| Item type | Current library | Collection | Call number | Copy number | Status | Date due | Barcode | Item holds |
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Libros
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Biblioteca CESA
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General | Co863.44 / G216v (Browse shelf(Opens below)) | Ej. 1 | Available | 7101012260 |
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| Co863.44 / G216o 2004 Ojos de perro azúl / | Co863.44 / G216s Un señor muy viejo con unas alas enormes / | Co863.44 / G216s 1999 La siesta del martes / | Co863.44 / G216v Vivir para contarla / | Co863.44 / M379g 2009 Gabriel García Márquez : una vida / | Co863.44 / M539s 2015 Satanás / | Co863.44 / M828p 1986 Los pecados de Inés de Hinojosa / |
Mi madre me pidió que la acompañara a vender la casa. Había llegado a Barranquilla esa mañana desde el pueblo distante donde vivía la familia y no tenía la menor idea de cómo encontrarme. Preguntando por aquí y por allá entre los conocidos, le indicaron que me buscara en la librería Mundo o en los cafés vecinos, donde iba dos veces al día a conversar con mis amigos escritores. El que se lo dijo le advirtió: «Vaya con cuidado porque son locos de remate». Llego a las doce en punto. Se abrió paso con su andar ligero por entre las mesas de libros en exhibición, se me plantó enfrente, mirándome a los ojos con la sonrisa picara de sus días mejores, y antes que yo pudiera reaccionar, me dijo: -Soy tu madre.
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