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El país de la canela / William Ospina.

By: Ospina, William, 1954- [autor.]Material type: TextTextLanguage: Spanish Series: : ContemporáneaPublisher: Bogotá : Debolsillo ; Penguin Random House, 2017Description: 346 páginas ; 22 cmContent type: texto Media type: sin mediación Carrier type: volumenISBN: 9789585433694Subject(s): Literatura colombiana -- Novela | Indígenas en la literatura -- Siglo XX. -- Novela | Novela histórica colombiana -- Siglo XX | Colombia -- Novela. -- Descubrimiento y conquista, -- 1499-1950DDC classification: Co863.44
Contents:
1. La primera ciudad que recuerdo ; 2. Sólo entonces aparté la vista de mi pasado ; 3. Aparecieron un día en las planicies amarillas ; 4. No se sabe quién va más extraviado ; 5. Si he aceptado contar otra vez cómo fue nuestro viaje ; 6. Vas tras una ciudad imponente y encuentras una tumba ; 7. Para entender la caída de los incas ; 8. Gonzalo Pizarro era el tercero ; 9. Nunca habían sentido aquellos montes ; 10. Días después vimos aparecer ante el campamento ; 11. Orellana, casi un luchar, se convirtió por su llegada oportuna ; 12. Acostumbrado a las alamedas y los olivares ; 13. Cuando el capitán Pizarro enloqueció ; 14. A esa altura el río ya tenía unas cien varas ; 15. Si algo estaba lejos de nuestra intención ; 16. Esta vez los sonidos eran tan indudables ; 17. Era hora de embarcarnos, pero también de decidir hasta dónde ; 18. Estábamos cerca de la desembocadura del río Yavary ; 19. A medida que descendíamos el río iba cambiando ; 20. Un día decidimos explorar de nuevo la orilla.
Abstract: Gonzalo [Pizarro] era treinta y cinco años menor que su hermano Francisco: cuando llegó a las indias, los primogénitos ya habían vivido hallazgos y tormentos, y él tuvo que inventar sus propias locuras. El destino no le deparó como al primero un marquesado sobre la sangre seca del Inca, ni le concedió el poder subalterno del segundo, capaz de conducir sobre el océano barcos que por poco se hundían de oro. Era apuesto, era joven, era el mejor jinete de los reinos nuevos, se le medía a todo riesgo y, como sus hermanos, nunca sintió otro amor que la pasión de mandar y la embriaguez de arriesgarlo siempre todo. Buscaba un reino propio que estuviera a la altura de su ambición, y la noticia del país de la Canela le dibujo en el aire un destino más rico que la ciudad de pedernal de los muerto.»
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1. La primera ciudad que recuerdo ; 2. Sólo entonces aparté la vista de mi pasado ; 3. Aparecieron un día en las planicies amarillas ; 4. No se sabe quién va más extraviado ; 5. Si he aceptado contar otra vez cómo fue nuestro viaje ; 6. Vas tras una ciudad imponente y encuentras una tumba ; 7. Para entender la caída de los incas ; 8. Gonzalo Pizarro era el tercero ; 9. Nunca habían sentido aquellos montes ; 10. Días después vimos aparecer ante el campamento ; 11. Orellana, casi un luchar, se convirtió por su llegada oportuna ; 12. Acostumbrado a las alamedas y los olivares ; 13. Cuando el capitán Pizarro enloqueció ; 14. A esa altura el río ya tenía unas cien varas ; 15. Si algo estaba lejos de nuestra intención ; 16. Esta vez los sonidos eran tan indudables ; 17. Era hora de embarcarnos, pero también de decidir hasta dónde ; 18. Estábamos cerca de la desembocadura del río Yavary ; 19. A medida que descendíamos el río iba cambiando ; 20. Un día decidimos explorar de nuevo la orilla.

Gonzalo [Pizarro] era treinta y cinco años menor que su hermano Francisco: cuando llegó a las indias, los primogénitos ya habían vivido hallazgos y tormentos, y él tuvo que inventar sus propias locuras. El destino no le deparó como al primero un marquesado sobre la sangre seca del Inca, ni le concedió el poder subalterno del segundo, capaz de conducir sobre el océano barcos que por poco se hundían de oro. Era apuesto, era joven, era el mejor jinete de los reinos nuevos, se le medía a todo riesgo y, como sus hermanos, nunca sintió otro amor que la pasión de mandar y la embriaguez de arriesgarlo siempre todo. Buscaba un reino propio que estuviera a la altura de su ambición, y la noticia del país de la Canela le dibujo en el aire un destino más rico que la ciudad de pedernal de los muerto.»

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